Vera desaparece sin dejar rastro. Dos años más tarde regresa, pero en vez de ser adolescente, es una mujer de 25 años. No recuerda nada, salvo su nombre. Cuando el pasado resurge en su mente, se da cuenta de qué ha vivido la vida de un hombre clínicamente muerto que ha despertado en el Desierto de Atacama, en el mismo instante en que ella se desvaneció en el aire.