Alfredo Jaar cree que el arte es “el último lugar” de libertad en nuestra sociedad, y desde esta trinchera despliega su obra como un acto de resistencia. Abordando temas como la migración desde México a USA, el genocidio en Ruanda o el golpe militar en Chile. Banda sonora compuesta por su hijo Nicolás Jaar, destacado músico de la escena electrónica.