Incorporan en el camino las armas de la modernidad: deben tener un uniforme, una imagen corporativa, y aprender a vender -ahora demandas gremiales de manera convincente, emotiva y eficiente. Hardy se codea con funcionarios, diputados y autoridades, pero sólo logran postergar las decisiones. Llega 2007 y Transantiago. El país no ha logrado transformar su imagen de precariedad, pero Hardy y sus colegas han cambiado para siempre su forma de pensar.