A fines de los años 70, los militantes del Movimiento de Izquierda Revolucionaria (MIR) exiliados en Europa decidieron volver a Chile a luchar clandestinamente contra la dictadura. Muchos tenían hijos que no podían llevar consigo. Para esos niños nació el Proyecto Hogares", un espacio de vida comunitaria que reunió a cerca de 60 niños que quedaron al cuidado de los "Padres Sociales".