Volar

Sofía, una mujer de 85 años, sufrió las secuelas de un infarto cerebro vascular, quedando postrada, perdiendo lenguaje y movilidad. Todos los días es cuidada por Lourdes, quien la acompaña, le lee y la estimula. Su hija también se preocupa de ella y sufre por la falta de conexión de Sofía con el mundo. Lo que ellas no saben es que Sofía sigue más viva que nunca, que la vejez y la enfermedad jamás podrán frenar a un alma aventurera que nunca deja de volar.

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